Len Kravitz, Ph.D.
Introducción
En una edición reciente de Medicina y Ciencia en Deportes y Ejercicio, algunos investigadores destacados (Jakicic et al. 2019, Gaesser et al., 2019) debatieron, en una combinación punto-contra-punto de artículos, si los riesgos para la salud de la obesidad han sido o no exagerados. Nuestro enfoque con esta columna de investigación es el resumen de varios puntos clave sobre la obesidad desde estas perspectivas intelectuales contrastadas y proporcionar la mejor aplicación práctica al profesional del fitness. También discutiremos las directrices conductuales basadas en la evidencia para tratar a las poblaciones obesas.
La obesidad saludable es alcanzable
Gaesser y Blair (2019) sostienen que nosotros, como un campo de investigadores y profesionales, debemos centrarnos más en mejorar los comportamientos de salud y dedicar menos tiempo a las estrategias de pérdida de peso para aquellos clientes con clasificaciones de obesidad IMC (es decir, IMC &Mac179; 30 km/m2). Los investigadores indican que no pretenden minimizar los riesgos de la obesidad, sino señalar que existe una subpoblación de individuos obesos en buena forma física que no se ven afectados negativamente por su adiposidad. Gaesser y Blair subrayan las investigaciones que indican que la forma física cardiorrespiratoria es un importante signo vital de salud y un predictor de mortalidad más potente que la obesidad. En sus conclusiones, Gaesser y Blair instan a los profesionales sanitarios a promover un estilo de vida más saludable, que incluya actividad física y una dieta sana, en lugar de intentar alcanzar un objetivo específico de pérdida de peso. Sugieren que se atenderá mejor a las personas obesas si se diseñan programas dirigidos principalmente a mejorar la forma física, ya que ésta es más importante que los programas dirigidos a combatir la gordura.
La obesidad está relacionada con todas las causas de enfermedad crónica y mortalidad
Jakicic et al. (2019), en su artículo de contrapunto, sostienen que no se han exagerado los riesgos para la salud de la obesidad. Los investigadores citan estudios que muestran que los niveles obesos de IMC están asociados con la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en hombres y mujeres, así como con todas las causas de mortalidad. Los científicos prosiguen su argumentación haciendo referencia a estudios que demuestran que el exceso de peso corporal está asociado a varias formas de cáncer y diabetes de tipo 2. En lo que respecta a los pacientes con cáncer, Jakicic y sus colegas señalan que las investigaciones demuestran que un IMC más elevado está relacionado con una peor supervivencia y una mayor probabilidad de reaparición del cáncer. En cuanto a la diabetes de tipo 2, Jakicic et al. denotan estudios que demuestran que la pérdida de peso puede reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, así como los medicamentos necesarios para tratarla. Varias de las consecuencias negativas para la salud de la obesidad incluyen una correlación con las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, los trastornos del sueño, el dolor lumbar, el dolor crónico en piernas y pies, el aumento del riesgo de varias formas de cáncer, la reducción del equilibrio y la movilidad, y la reducción de la calidad de vida relacionada con la salud (Jakicic et al. 2019). Jakicic et al. proponen que los proveedores de atención sanitaria aborden la obesidad de manera similar a otros factores de riesgo para la salud (por ejemplo, hipertensión, hiperlipidemia, etc.) en su programación.
Punto-contrapunto: ambas partes ganan
Es interesante observar que uno de los resultados generales de este debate intelectual, sobre si los riesgos para la salud de la obesidad son exagerados, aclara aún más el papel del profesional del fitness y del proveedor de atención sanitaria. En ambos documentos se establece claramente la premisa principal de que las intervenciones que promueven un estilo de vida saludable y ÓPTIMO son las mejores, ya que esto conducirá a los mayores beneficios posibles para la salud de los clientes. Jakicic et al. (2019) afirman que los profesionales del fitness y la salud deben desarrollar una programación que mejore los principales comportamientos de estilo de vida, como una actividad física suficiente, una nutrición óptima, un comportamiento menos sedentario, no fumar y cumplir con la medicación recetada.
Enfoques conductuales para tratar la obesidad
Las intervenciones de estilo de vida que ayudan a los clientes a perder 1-2 libras por semana, lo que resulta en una pérdida de peso del 5-10% en 6 meses, son genuinas (Olson, Bond, y Wing, 2017). Para que se produzca una pérdida de peso óptima, es necesaria una estrategia de déficit de kilocalorías (aproximadamente 500 a 1000 kilocalorías/día) en el consumo de alimentos. Olson y sus colegas sugieren que para las personas de menos de 200 libras de peso corporal, un estilo de vida dietético de 1000 a 1500 kilocalorías es un objetivo sensato, mientras que, para los clientes de más de 200 libras de peso corporal, es preferible un enfoque de 1500 a 1800 kilocalorías. Los investigadores subrayan que el enfoque conductual debe individualizarse en función del cliente, ya que se puede perder peso con éxito con un enfoque bajo en carbohidratos o en grasas, siempre que se reduzcan las kilocalorías de alguna forma.
Según Olson y sus colegas, el autocontrol del peso corporal, la ingesta de alimentos (incluido el consumo de bebidas) y la actividad física (es decir, la aplicación podómetro y los registros de ejercicio) es el mejor predictor del éxito de un enfoque conductual para tratar la obesidad. La autovigilancia sirve para que el cliente reconozca el efecto de su estilo de vida en el peso corporal y la salud. Los investigadores explican que otra estrategia conductual importante es el control de estímulos. Con el control de estímulos, el paciente aprende a reducir las señales que le incitan a comer y a aumentar las que le animan a elegir un estilo de vida saludable. Un ejemplo de esta estrategia es retirar los alimentos ricos en calorías de la cocina y sustituirlos por opciones sanas y bajas en calorías. Otras estrategias conductuales que pueden incluirse en el tratamiento conductual de la obesidad son el establecimiento de objetivos (quizás siguiendo el principio S.M.A.R.T.: específicos, manejables, alcanzables, realistas y limitados en el tiempo) y la resolución de problemas. Con la resolución de problemas, un profesional del fitness puede hablar con un cliente sobre una situación próxima (por ejemplo, una fiesta), que puede hacer que el cliente se sienta tentado a comer (o beber) en exceso. Con la resolución de problemas, el profesional del fitness y el cliente pueden establecer estrategias para gestionar estas situaciones difíciles previstas.
Con la actividad física y el ejercicio para el tratamiento de la obesidad, la progresión constante es la clave. Es adecuado comenzar con 50 minutos semanales de actividad de intensidad moderada (por ejemplo, caminar a paso ligero). Progresar gradualmente hasta 200-250 minutos por semana de ejercicio parece ser una recomendación óptima para el mantenimiento del peso que se pierde (Olson et al., 2017). Olson y sus colegas (2017) también destacan que las intervenciones exitosas contra la obesidad deben contar con estrategias planificadas que combatan el comportamiento sedentario (consulte julio/agosto de IDEA Fitness Journal para obtener ideas). Los investigadores destacan que un programa de pérdida de peso exitoso, además de tener muchos beneficios clínicos, también tiene varios beneficios psicológicos, como la reducción de los sentimientos depresivos, la disminución de la ansiedad, el aumento de la autoestima y la mejora de la imagen corporal.
Tabla 1. Componentes principales de un programa conductual de pérdida de peso
Estrategias conductuales
Resolución de problemas y establecimiento de objetivos
Autocontrol (registro diario de la dieta, el peso, la actividad física y el ejercicio)
Control de estímulos (retirar de casa los alimentos ricos en calorías)
Discutir estrategias para aumentar la adherencia a la dieta y a los objetivos de actividad
Restricción calórica
Reducir la ingesta de grasas y/o hidratos de carbono para alcanzar los objetivos calóricos
Personas >200 lbs: aconsejar una dieta de 1500-1800 kcal/día
Personas de menos de 90 kg: aconsejar una dieta de 1000-1500 kcal/día
Individualizada para producir un déficit de 500-1000 kilocalorías
Actividad física y ejercicio
Comenzar con sesiones de 10 minutos 5 días a la semana
Aumentar progresivamente a sesiones de 30 minutos los 5 días de la semana
Eventualmente, aumentar a 200-250 minutos/semana
Haga ejercicio a una intensidad algo dura
Fuente: Adaptado de Olson et al., 2017
Estrategias para prevenir la recuperación del peso
Tras una pérdida de peso exitosa, a menudo se produce una recuperación de peso en los meses posteriores a la intervención. Olson et al. (2017) sugieren que nuestro entorno obesogénico social contribuye a esta recuperación de peso. Un entorno obesogénico incluye estímulos ambientales que promueven la inactividad física (ascensores, escaleras mecánicas, servicios de entrega, juegos de ordenador, ver la televisión, etc.) y el consumo excesivo de alimentos/bebidas (por ejemplo, porciones demasiado grandes en restaurantes). Según Olson et al., los clientes que mantienen un estilo de vida bajo en calorías, practican actividad física y ejercicio con regularidad y autocontrolan su peso tienen más probabilidades de mantener su pérdida de peso con el paso del tiempo. Los investigadores resumen otras investigaciones que concluyen que el factor predictivo más sólido y fiable del mantenimiento del peso a largo plazo (tras la pérdida de peso) es el ejercicio regular.
Ideas para llevarse a casa
Muchos clientes acuden a entrenadores personales con la esperanza de alcanzar nuevos objetivos de control de peso. Las pruebas de este debate de punto y contrapunto sugieren que si reformulamos nuestros mensajes a los clientes para que alcancen una salud óptima, incluida una actividad física suficiente, una nutrición óptima, un comportamiento menos sedentario, no fumar y cumplir con la medicación recetada, los resultados de los clientes serán mucho más significativos.
Biografía
Len Kravitz, Ph.D., especialista en Ciencias del Ejercicio, es el coordinador del programa de Ciencias del Ejercicio de la Universidad de Nuevo México, donde recibió el Premio al Profesor Sobresaliente del Año y el Premio Presidencial a la Distinción. Acaba de publicar su tercer libro, "HIIT Your Limit" (Amazon).
Referencias:
Jakicic, J.M., Rogers, R.J., y Donnelly, J.E. (2019). Los riesgos para la salud de la obesidad no han sido exagerados. Medicina y ciencia en el deporte y el ejercicio, 51(1), 222-225.
Gaesser, G.A. y Blair, S.N. (2019). Los riesgos para la salud de la obesidad se han exagerado. Medicina y ciencia en el deporte y el ejercicio, 51(1), 218-221.
Olson, K., Bond, D., Wing, R.R. (2017). Enfoques conductuales para el tratamiento de la obesidad. Revista médica de Rhode Island, 100(2), 21-24.
Original article: https://www.unm.edu/~lkravitz/Article%20folder/WeightDebate.html